lunes, 14 de febrero de 2011

Aguirre, la ira de dios





















Título original: Aguirre der Zorn Gottes
Año: 1972
Duración: 94 min.
País: Alemania del Oeste
DIirección/Guión: Werner Herzog
Música: Popol Vuh
Fotografía: Thomas Mauch
Reparto: Klaus Kinski, Helena Rojo, Del Negro, Ruy Guerra, Peter Berling, Cecilia Rivera, Dany Ades, Armando Polanah
Productora: Werner Herzog Filmproduktion
Premio:
1976: Nominada al Cesar: Mejor pelicula extranjera
1973: Premios del cine Aleman: Mejor Fotografia
1977: National Film Critics: Mejor Fotografia
Idioma: Alemán con subtítulos en español (incrustados)
Formato: AVI
Tamaño: 678 Mb

Sinopsis: "En 1560, poco después de la destrucción del imperio inca, una expedición española parte de las montañas de Perú rumbo a las selvas del Amazonas, en busca de la legendaria tierra de El Dorado. A través del diario del fraile Diego Gaspar de Carvajal iremos conociendo aquella peligrosa aventura."

Hace ya varios años que vi esta peli, mi primera de Herzog, para una clase de castellano. Había algo en ella que causaba cierta repulsión, pero a la vez fascinación. Rodada en Perú, en 1971, mezcla una crónica escrita por Gaspar de Carvajal, en 1541, con motivo de una expedición parcial previa en el mismo territorio que recorrerían los hombres de la película en su búsqueda de El Dorado.

A lo largo del film va quedando de manifiesto un tema sumamente interesante: una nueva forma de ejercer el poder, la tiranía del cuerpo. Sin hacer uso de sus armas, Lope descubre una manera particular de ejercer autoridad: a través de sus ojos. Mediante movimientos de su cuerpo, gestos y el uso de la mirada es capaz de prevenir y minimizar el comportamiento de sus compañeros. El ojo incansable de Aguirre anula la intimidad personal y permite la influencia, consiguiendo que los demás aprueben su voluntad. En su tiranía, maneja la disciplina grupal a su antojo, donde cualquier falta es castigada con la muerte. Un poder que carece totalmente de matices.

Otra cosa que cabe destacar es el manejo de cámara, totalente fluído y libre, poblado de movimiento, desenfoque, lentes mojados, repentinos cortes que confieren a la película un aspecto de total realismo, recordando un poco el manejo documental, y cercanía para el espectador. Y aquí también se hace presente la mirada: miradas directas de los personajes a la cámara, marcando ciertos momentos que cambian el curso de la narración.

Aguirre, el rostro de la locura. Que la disfruten.

Capturas:
























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